lunes, 26 de abril de 2010

ALIANZA PARA LA PRODUCCION

Partir de mediados de la década de los sesenta, en buena medida alimentada por los mismos factores que hasta entonces determinaron su crecimiento, entra en creciente crisis estructural el modelo de desarrollo capitalista, dependiente y derivado, que había propiciado el crecimiento de la economía del país desde principios de los cincuenta. Con la atonía de finales de 1970, aparecen los primeros signos inequívocos de crisis global de la economía del país. De 1970 a 1972, el avance acelerado de ésta se manifiesta fundamentalmente en la agudización de la inflación; a partir de 1972 –llegando hasta la actualidad- la crisis ya no es sólo inflación, sino también recesión. Ello significa que las diferentes instancias del Estado mexicano se muestran incapaces, no únicamente para combatir eficientemente los efectos de los factores estructurales internos que crean distorsiones en el proceso de acumulación de capital, sino también para atenuar los efectos –fundamentalmente en los intereses de la burguesía con empresas ubicadas en la formación social mexicana- de la situación de crisis del capitalismo mundial, apuntalado por el deterioro de la economía norteamericana

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